En este artículo, voy a seguir hablando de los orígenes del Olivo.
Aceptando una zona originaria que se extiende desde el sur del Cáucaso hasta la altiplanicie del Irán y la costa meditarránea de Siria y Pañestina (Acerbo), el cultivo del olivo alcanzó un notable desarrollo en estas dos últimas regionespara expandirse por la isla de Chipre hacia Anatolia o por la isla de Creta hacia Egipto.
A partir del s.XVI a.C. por la península Helénica, donde se incrementa su cultivo, llegando a alcanzar gran importancia en el s.IV a.C. cuando Solón promulgó decretos sobre plantación de olivos.
Desde el s. IV a.C. se propagó`por toda a cuenca del Mediterráneo pasando a Trípoli, a Túnez, a la isla de Sicilia, y desde aquí a la Italia Meridional. Sin enbargo Presta sostiene que el olivo en Italia se remonta a tres siglos antes de la caída de Troya 1200 años a.C.). y otro analista romano (Penestrella) defiende la tradición de que el primer olivo importado a Italia lo fue durante el reinado de Lucio Tarquino Prisco el Viejo (616 a 578 a.C.), posiblemente procedente de Trípoli o de Gabes (Túnez). El cultivo se extendió de sur a norte, desde Calabria a Liguria.
Los romanos prosiguen la expansión del olivo por los paises costeros del Mediterráneo como arma pacífica en sus conquistas para asentamiento de poblaciones, extendiendo un verdadero cultivo por todos los territorios que ocupaban. Cuando llegaron al norte de África, comprobaron que los bereberes sabían injertar acebuches.
El olivo llega a Marsella unos 600 años a.C. y desde allí se extiende a toda Galia. En Cerdeña aparece en la época romana, mientras en Córcega se dice que lo llevaron los genoveses después de la caída del Imperio Romano.
El olivo, que se había introducido en España durante la dominación marítima de los fenícios (1050 a.C.), no alcanzó norable desarrollo hasta la llegada de Roma (45 a.C.). Después de la tercera guerra púnica, el olivar ocupaba una importante extensión en la Bética y se expandió hacia el centro y hacia el litoral mediterráneo de la Península Ibérica. Los árabes introdujeron sus veriedades en el sur de España e influyeron en la difusión del cultivo hasta el punto que los vocablos castellanos de aceituna, aceite o acebuche, tienen raíz árabe.
El cultivo del olivo salta fuera de la cuenca mediterránea con los viajes de Colón (1492), de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. Desde Sevilla pasan primeros olivos a las Antillas y despues al continente americano. En 1560 hay olivares en producción en México, después en Perú, en California, en Chile o en Argentina, donde todavía vive una de las plantas llevadas en la conquista, el viejo olivo de Arauco.
En tiempos más modernos el olivo ha continuado su expansión más allá del Mediterráneo, cultivándose hoy en lugares tan alejados de su origen como en la Región Sudafricana, en Australia, en Japón o en China. Podría decirse, con Duhamel, "allá donde el olivo renuncia, termina el Mediterráneo", para ampliarlo despues: "allí donde el sol lo permite, el olivo se implanta y gana terreno.