viernes, 27 de julio de 2007

ORIGEN Y DIFUSIÓN DEL OLIVO


El origen del olivo se pirede en los tiempos, coincidiendo y confundiéndose su expansión con las civilizaciones que se han desarrollado en la Cuenca del Mediterráneo y que, durante largos períodos de tiempo, han regido los destinos de la humanidad y han dejado su impronta en la cultura.

Se han encontrado fósiles de hojas de olivo en los yacimientos pliocénicos de Mongardino (Italia); restos fosilizados en estratos del Paleolítico Superior en el criadero de caracoles de Relilai, en el norte de Africa; trozos de acebuche y huesos en excavaciones del Eneolítico y la Edad de Bronce, en España. La existencia del olivo, por todo ello, puede decirse que data del XII milenio.

El origen del olivo silvestre se sitúa en el Asia Menor, donde es muy abundante, formando verdaderos bosques. Parece haberse extendido desde Siria hacia Grecia, a través de Anatolia (De Candolle), 1883), aunque otras hipótesis lo situan en el Bajo Egipto, en Nubia, en Etiopía, en las montañas del Atlas o en determinadas regiones de europa. Por eso, Caruso lo cosidera indígena de toda la Cuenca Mediterránea y ubica el origen del olivo cultivado en Asia Menor hace unos seis milenios. De los pueblos antiguos de la zona, unicamente los asirios y los babilonios no lo conocían.

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