lunes, 22 de marzo de 2010

¡HASTA LAS NARICES DE PENAR!!!!!!!!


Recolectando la finca más rentable

Tres jóvenes olivareros cordobeses en situación de paro temporal se ponen manos a la obra y vacían de aceite de oliva virgen extra tres centros Carrefour que ofertaban la garrafa de 5 litros a 8.12 € la unidad

Córdoba capital, diez menos cinco de la mañana. Juan, Lucio y Carlos se disponen a comenzar su jornada de trabajo, hoy a pesar de la intensa lluvia habrá recolección.

La ropa que visten no es la habitual para la acudir al tajo: pantalones de pinza perfectamente planchados, impecable jersey de algodón y cazadora clara. Los zapatos son de paseo y están tan brillantes que pasarían revista militar.

Diez cero cero, se abren las puertas, porque esta finca tiene puertas, y el comando, dotado de sus respectivos carros de tracción humana, marca pasos firmes hacia el producto, marchan en perfecta fila india prestos y seguros, porque van a ejercer un derecho tan obvio como comprar lo que le ofrecen.

El aceite espera pero no lo hace aferrado a un olivo, está envasado en inmaculadas garrafas de polietileno listo para ser servido y perfectamente acopiado en palets de cartón de 24 envases cada uno.

Esta besana esta cargada, podremos llenar el remolque… susurra Lucio con cara de póker a sus compañeros de cuadrilla mientras se acercan agotando ya el largo pasillo.

Juan comienza a cargar su carro, ¡caben veinticuatro, justo un palet! exclama mientras Lucio y Carlos esperan ávidos su turno.

A su alrededor se forma un tímido corrillo de clientes que curiosean el extraño y abundante acopio, alguna señora, ante la duda, se apremia a tomar también alguna garrafa de más. En cinco minutos han cargado entre los tres hasta 360 litros de aceite; espectacular dato y todo ello sin maquinaria alguna. Números de record.

Se dirigen a la caja, las cámaras de seguridad viran siguiéndole cada uno de sus pasos, el Gran Hermano les vigila.

Ya en la cola la cajera les recibe con expresión rígida, acaba de recibir una llamada de arriba, aún así les permite la compra, ¡faltaría más!, aunque eso si haciéndoles descargar y volver a cargar cada una de las garrafas. ¡Es innecesario, las está viendo y se pueden contar!, apunta Carlos contrariado, cumplo órdenes señor, responde tensa la empleada. Por fin abonan los 8.10 € por unidad, y salen triunfantes de la gran superficie, de la gran finca francesa… son sólo las diez y cuarto

Repiten la operación dos veces más y el remolque ya está lleno: 750 litros de aceite frutado intenso recolectados en cuarenta y cinco minutos, todo ello bajo una agradable calefacción y ajenos de la intensa lluvia que fuera se torna en temporal, porque ese dia coincidió con el histórico temporal del Valle del Guadalquivir.

Sus costes de producción han sido bajos, 1.62 €/litro, y todo ello sin necesidad de abonar los olivos, ni hacer tratamientos, ni mantener los suelos limpios, ni podar, ni desvaretar, ni varear, ni siquiera vibrar.

Arranca el coche con tan legal botín y se dirigen a un almazarero que, previo pantallazo de poolred, se lo liquida a 2.10 €/kg. Es el mismo industrial que les compra cada año la aceituna de verdad. ¿Y si éste aceite fuera el de nuestros olivos? exclama Lucio mientras conduce… que superparadoja responde Juan sonriendo, lo estaríamos vendiendo por segunda vez.

Repiten la operación cinco veces durante la jornada, cinco remolques evacuados de dos “fincas” de Córdoba que quedaron agotadas y una de Andújar que sólo aguantó un envite, han acabado con todas las existencias en estos tres centros.

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